Cantucci

Receta clásica de Cantucci o Biscotti Toscano, un clásico Italiano para disfrutar en casa.

Los Cantucci, también conocidos como cantuccini, son un tipo de galleta tradicional italiana originaria de la región de Toscana. Estas deliciosas galletas de almendra son conocidas por su textura crujiente y su sabor dulce y suave, que se complementa perfectamente con una taza de café o té.

Los Cantucci tienen una larga historia que se remonta a la Edad Media, cuando los panaderos italianos empezaron a utilizar almendras en sus productos horneados. Con el tiempo, esta práctica se extendió a la región de Toscana, donde se desarrolló la receta de los Cantucci.

La receta tradicional de Cantucci utiliza ingredientes simples pero deliciosos, incluyendo almendras, harina, huevos, azúcar y ralladura de limón. La masa se mezcla y se amasa a mano, luego se hornea dos veces para obtener la textura crujiente característica de los Cantucci.

En resumen, los Cantucci son una deliciosa galleta tradicional italiana que ha existido por siglos. Su combinación única de almendras, azúcar y ralladura de limón los hace irresistibles, y son perfectos para disfrutar con una taza de café o té o mojar en “vin santo” como se hace tradicionalmente. Siguiendo nuestra receta, cualquiera puede hacer estos deliciosos Cantucci en casa.

Video de la Receta

Ingredientes

• Harina 250 Gr.
• Azúcar 125 Gr.
• Huevo 2 u.
• Manteca/Mantequilla 50 Gr. (blanda)
• Polvo de Hornear 1 Cdita.
• Ralladura de 1 Limón
• Almendras 150 Gr.

Rinde 30 Cantucci para disfrutar, compartir y guardar estos deliciosos bizcochos italianos.

Procedimiento

En un bowl colocar la harina, polvo para hornear, azúcar y mezclar.
Añadir la manteca (blanda o pomada), los huevos, ralladura de limón y mezclar nuevamente hasta incorporar todos los ingredientes.
Utilizar las manos y mezclar hasta formar una masa.
En ese momento añadir las almendras y amasar levemente para incorporarlas.

Espolvorear harina sobre la mesa de trabajo, colocar la masa y dividirla en dos partes iguales.
Tomar cada trozo de masa y estirarlo, haciendo rodar sobre la mesa, para darle forma de cilindro.
Colocarlos sobre una fuente para horno, previamente enmantecada o cubierta con placa antiadherente. 

Hornear durante 30 minutos a temperatura media (180ºC).

Dejar suficiente espacio entra cada masa para que no se peguen durante el horneado.

Retirar del horno y dejar enfriar unos minutos, hasta que no queme al tacto.

Cortar ambos panes en rebanadas de “un dedo” de ancho.
Colocar las rebanadas nuevamente sobre la fuente, separadas entre sí, y hornearlas durante 10 minutos a temperatura media (180ºC).

Retirar del horno y dejar enfriar por completo para que estén bien secos y crujientes.
Una vez fríos, ya están listos para disfrutarlos o conservarlos para más adelante.

Se pueden conservar hasta 30 días en un recipiente hermético o bolsa plástica bien cerrada.

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